Por: Byron Mural
A veces nos frustramos porque pese a ser personas amables, cordiales y serviciales pareciera que no sirve de nada. Pese a dar lo mejor de nosotros, hay personas que logran mucho más haciendo mucho menos, incluso tiranos que gobiernan empresas que deberían estar presos, abusan a sus anchas de los empleados o subordinados.
En un mundo injusto, ser buena persona parece no alcanzar para lograr escalar o ser al menos respetado. No obstante, jamás olvides que las personas educadas, cordiales y serviciales siempre dejan huella, aunque a primera vista no se note, la gente buena siempre es extrañada cuando se va, los arrogantes, son causantes de fiesta y alegría cuando ya no están.
Nunca dejes de ser buena persona porque estás rodeado de gente basura, jamás te conviertas en uno de ellos, la gente que logra ser buena y auténtica, pese a estar rodeada de gente sin moral o educación a menudo deja un vacío irremplazable cuando se marcha, ya sea de una empresa o de esta vida.
Quizá jamás veas los frutos de ser una buena persona, pero debes aprender a sentirlos, una buena persona, siempre tiene paz y en su almohada solo habitan sueños y tranquilidad.