El Gobierno, ha solicitado el retiro de la inmunidad de tres magistrados suplentes de la Corte de Constitucionalidad a raíz del amparo otorgado a Jorge Mondal. Según el Ejecutivo, los magistrados en cuestión pasaron por alto importantes informes que cuestionaban seriamente la idoneidad de Mondal.
Ahora se pretende que un juez penal juzgue asuntos que fueron conocidos y resueltos por un magistrado constitucional; una situación que, para algunos expertos, es imposible de concebir. Esta coyuntura es tan preocupante como la posibilidad de que no ocurra nada al respecto. Los magistrados suplentes, independientemente de la calidad de sus resoluciones, están protegidos por un sistema que no exige rendición de cuentas.
En otro ámbito, el ministro de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda reaccionó ante un comunicado del CACIF, en el que se urgía al Presidente a tomar acciones concretas y asumir el liderazgo para resolver el deslizamiento en el kilómetro 44 de la carretera Palín-Escuintla. Sin embargo, la respuesta del ministro fue desafortunada, ya que malinterpretó el mensaje, tomando una postura defensiva en lugar de proactiva. Lo más preocupante es que, hasta el momento, no ha presentado una ruta clara para solucionar el problema, lo que incrementa la incertidumbre y la frustración entre todos los afectados.
Recientemente, la exjefa del Servicio Secreto de los Estados Unidos, Kimberly Cheatle, renunció tras una evidente falla en su gestión, aceptando su responsabilidad. Este es el tipo de actitud que se espera de un funcionario competente. En contraste, un funcionario nacional, cuya gestión en su cartera ha sido deficiente, se resiente ante las críticas y no logra abandonar su postura más ideológica que políticamente correcta, olvidando que su papel es servir a todos los guatemaltecos. Este mensaje de responsabilidad también debería extenderse al ministro de Gobernación, cuya actitud ha sido decepcionante en un corto periodo, sin expectativas de mejora en el futuro.
Además, al menos cuatro políticos están llevando a cabo tareas de fiscalización sin ser diputados del Congreso. Carlos Barreda, Aldo Dávila, Karla Martínez y Rudy Guzmán han participado en actividades junto a congresistas. Es evidente que estas personas buscan aprovechar la visibilidad que ofrece el Congreso. El Tribunal Supremo Electoral debería tomar cartas en el asunto, aunque es poco probable que lo haga.
Barreda es particularmente activo en las citaciones de la bancada VOS, a pesar de ocupar un escaño en el Parlamento Centroamericano. Karla Martínez, quien también tiene un escaño en el PARLACEN, ha sido vista participando en citaciones junto a Sofía Hernández, diputada de Vamos. Aldo Dávila, quien no pudo participar en el proceso electoral anterior, sigue fiscalizando como lo hacía cuando era diputado. La bancada VOS claramente comparte los reflectores con Dávila, como lo reflejan sus redes sociales.
Por otro lado, Una organización criminal asociada al narcotráfico, a través de su presunto testaferro, Hidalgo Rafael Socorro Urdaneta, adquirió una importante cantidad de acciones del Banco de los Trabajadores, las cuales hoy están expuestas a procesos de extinción de dominio. El abogado Francisco Rivas, exministro de Gobernación, es el defensor de Socorro Urdaneta, algo increíble pero cierto.
Aparentemente, el BANTRAB logró liberarse del control de Francisco Alvarado McDonald, un banquero condenado por fraude. Sin embargo, esta liberación no se realizó para limpiar el gobierno corporativo de la entidad bancaria, sino que fue parte de un plan más amplio para adueñarse de la institución.
Es posible que el origen ilícito del dinero que Socorro utilizó para comprar las acciones del banco se compruebe en juicio, ya que presuntamente se tiene identificada a la organización criminal involucrada.
Por último, en los pasillos del Congreso se comenta, especialmente por quienes han compartido con él fuera del partido Semilla, que el presidente Arévalo es una persona noble y con buenas intenciones. No obstante, también se dice que su círculo más cercano, «la rosca«, actúa como una barrera impenetrable, no permitiendo el acceso a quienes no forman parte de esta camarilla. Este grupo está integrado por individuos corruptos y con una ideología radical, cuyos intereses personales parecen prevalecer sobre el bien común.
La preocupación radica en que, si el presidente no muestra el temple y la inteligencia política necesarios para manejar esta situación, su administración podría verse seriamente comprometida y, con ella, el futuro de toda Guatemala. La ambición desmedida y la falta de escrúpulos de aquellos que se aprovechan de su cercanía al poder podrían terminar hundiéndolo, eclipsando sus buenas intenciones, si es que las tiene. A tan corto tiempo de haber asumido el cargo, ya se perciben señales de que esto podría estar sucediendo, lo que genera incertidumbre y descontento entre aquellos que depositaron su confianza en él.
En un contexto político tan volátil, es esencial que el Presidente tome la decisión de rodearse de personas que compartan su visión. Solo así podrá evitar que su administración sea arrastrada por los intereses de una minoría aprovechada y corrupta. La historia ha demostrado que los líderes que no logran controlar a su entorno más cercano suelen pagar un alto precio, y es vital para el país, que Arévalo no se convierta en uno más de la política guatemalteca.
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información tomada de Editorial El Siglo